"Se iba adentrando en el dia -en uno mas de sus dias, que hasta donde era capaz de recordar, solia pasar vagando- decidido a dirigirse tambien en esta ocasion a la acostumbrada rue des Quatre Vents, donde se encontraba el restaurante ruso-armenio Tari-Bari, donde solia gastar en bebidas baratas el escaso dinero que el cotidiano azar le deparaba". La Leyenda del Santo Bebedor. Joseph Roth
Que es, después de todo, una resaca? Otra resaca. Una mas... Notaron que el alcohol no pega siempre igual? Cuando estas bien y relajado te convierte en el alma de la fiesta, cuando estas como el orto te convierte en el rompehuevos, en el que busca un hombro para desahogarse, cuando estas “media astilla” puede ponerte agresivo, depresivo, eufórico o una mezcla de las tres cosas en etapas discontinuas. El problema es cuando se convierte en una amante cotidiana... Puede ser fabuloso, tedioso, traicionero, amistoso... Veamos: “El alcohol se absorbe por hígado y se expulsa por riñón como ciertos antibióticos y monodrogas especificas” dice mi profe de farmacología, y “causa una adicción de leve a severa produciendo trastornos de la conducta, alucinaciones, daño severo al tejido neuronal, endurecimiento hepático e, incluso, la muerte...” me cago en el. Alguna novedad? Algo que no sepa? Entonces: Para que mierda lo quiero? No te ayuda a olvidar? A embrutecerte? A no pensar? A dormir? Por fin dormir...
El miercoles me llamo Janis. Por supuesto: Cogimos. Mucho. Pero nada cambio en su cabeza de mármol (tan dura y fria). Todo quedo igual: Necesidades físicas resueltas y hasta que vuelva a necesitarme. Salimos del telo a las ocho de la noche y me interne en un bar hasta las tres de la mañana y hoy en la oficina estoy quebrado, hundido, con unas nauseas como para una parturienta, tanto es así que mientras hablaba con una docente me subió un vomito maravilloso por lo obscenamente abundante hasta la boca y tuve que correr al baño para descargar y volver a hablar con ella con un calor de sahara por la vergüenza, un sudor frío terrible por la tranca y un aliento a morgue que no me aguantaba ni yo... Particularmente siempre me considere un “bebedor social” (lo que mierda sea que eso signifique), mas bien pasivo, sin rastro de agresividad en mi borrachera... Solo un observador... Pero un borracho al fin: Por culpa de Janis en particular, de las mujeres en general, de las Urracas sobre todo, pero mas que nada: Por mi culpa (mea culpa, mea culpa, me repetía el padre Javier durante mi infancia en el Instituto Agustiniano desde mis recuerdos mas recónditos)...
Y hoy? Que paso con el día de hoy? No se... Solo me acuerdo que el día de hoy es otro día: El día de ayer. Solo que salí de la oficina, amague con entrar a clases de Anatomía II, pero que el solo pensamiento de encontrarme con un fiambre sobre el mármol (ese mármol frío y duro como la cabeza de Janis) me revolvió las tripas de nuevo (quizás los vapores de la solución de formaldehído que me recibieron en la entrada ayudaron algo) y dispare hacia afuera, hacia la calle y hacia otro bar, “Pizza Boy”, en Ayacucho y Tres de Febrero, en mis pagos, San Martín... No se por que pero mis pensamientos me recordaron que a escasos metros de ese bar habían fusilado a Camila O´Gormann unos cien años antes por algún oscuro y boludo motivo que no alcanzo a recordar... La Colo (una camarera de esa pizzería que esta muy buena y que me había servido para desahogarme hace un tiempo) me alborota un poco alrededor y se pone un poco celosa cuando empiezo a charlar con Marina, una rusa que había empezado a trabajar hacia poco, escapando de otras realidades, de otras paranoias, de otro espanto de soledades heladas, inmensas e intolerantes, de otro idioma crudo y cortante, de una soltera maternidad. Es rubia y tiene los ojos azules como el hielo de su patria, pero extrañamente placidos y tibios, y el cuero de una blancura casi celeste:
-“La pizza especial chika, viene con palmitos y una cerrrveza negrrra de prrromoción... Y rrresulta que ser un chiko interrresante y atrrractivo parrra yo...”
-“Eh?!? No te entiendo una goma, Gringa... Que decís?”
-”Yo decirrr que diecinueve con noventa... Y que me gustarrr mucho vos porrrque Colorrrada decirrr que vos serrr muy bueno y inteligente, que saberrr muchas cosas y serrr bueno parrra yo y mi hijo Düma”
Una broma cruel e innecesaria de la perra esta y, la verdad es que estoy hasta el cogote de la maldad de las mujeres.
-“Mira, Rusa, yo no soy bueno para nadie y menos para una piba como vos y con un crío chico. Treme la pizza y la cerveza y quedamos en paz, si?”
Me mira con cara de vaca y se va, pero al rato trae el pedido y me dice:
-“Yo salirrr en una horrra y vos llevarrr a yo a comerrr un helado y a pasearrr porrr ahí parrra conocerrr a yo mejorrr... Y no llamarrrme Rrrusa, yo llamarrrme Marrrina”
Y la verdad es que me dio risa (o rrrisa), así que me comí la pizza y me clave dos cervezas y la espere fumando mientras la Colo se mordía las uñas hasta los codos de bronca.
Uno de los dueños de ese local, Andrés (o Andrrrés?) de unos cuarenta años, era el que la había contratado (y creo que tenia como ganitas de hacerle pagar el favor) y era el que todas las noches la llevaba a la casa cuando terminaba el turno; pero cuando ella saludo y vino a buscarme a mi mesa para irnos me miro con una cara de orto que te la voglio a dire.
En la calle la Rusa me pregunto donde estaba mi auto:
-“En ningun lado, Marina, yo no tengo auto...”
-“Esta rrroto..?”
-“No, no esta roto: Yo no tengo coche”
-“Perrro... Colorrrada decirrr que vos tenerrr un coche nuevo y muy grrrande...”
-“Yo no se lo que te dijo Vero, pero nunca tuve auto...”
Pense que iba a dar media vuelta y se iba a ir, que iba a volver hacia la pizzería y hacia Andres, pero me abrazo y empezo a caminar en silencio y como contando baldosas por Ayacucho hacia el centro. Como a las dos cuadras nos besamos y me largo:
-”Yo tenerrr diecinueve años y tenerrr un hijo, pero yo no tenerrr un chiko para criar a Duma junto con yo. En Rrrusia no daban trrrabajo a yo y porrr eso vine aca con Ma y Duma. Nosotrrras vivirrr en Chilaverrrt. Yo serrr muy buena parrra cosas de la casa, saberrr cocinarrr muy rrriko y limpiarrr bien y serrr cariñosa y buena con chiko parrra marrrido y...”
-“Para, para...”
-“...vivirrr todos juntos muy bien porrrque...”
-“para... PARA!!!”
Se callo y se quedo mirándome. Claro: NECESITABA un marido. No tenia ganas de joder ni de pasarla bien. Era una cuestión de supervivencia y me eligio a mi como podría haber elegido a cualquier otro. Le conté. Le explique. Le dije que no, que yo no me quería casar, ni tener hijos ni una mierda de nada. Que no quería relaciones serias ni compromisos, que si quería nos tomábamos un helado o una cerveza y la acompañaba a la casa pero que no cuente conmigo.
Yo creo sinceramente que Marina no entendió un carajo de todo lo que le dije, creo que lo único que entendió fue CERVEZA, porque cuando llegamos a la pocilga que esta cerca de la estación de trenes se sentó en una mesa en la vereda y pidió una ginebra.
Seguimos un rato, yo sintiéndome medio disminuido con mis Quilmes y ella tomando ginebras a lo pavo para gran alegría de Bols. (“Nasgarovia!!!”)
Como a las once (yo bastante en pedo ya y ella fresca como una lechuga) nos levantamos y encaramos para Chilavert. En la puerta de la casa nos tomamos un buen rato para besuquernos y franelear, pero la Rusa no aflojo. La salude y era temprano asi que encare de nuevo para San Martin para ver si me encontraba con la banda en “Mama Rock”, bastante borracho y con una ereccion considerable.
En el bar me encontre con Chuck, Cheli, Anibal, el Tostau, Ser, Vagi y el Cejas, me sente con ellos y me dijeron que La Maga y las amigas se acababan de ir al boliche de al lado, a "Pio Baroja" y yo no iba a entrar a ese lugar de mierda y menos en el estado en me empezaba a poner. Mala suerte. Pedi otra cerveza y me quede ahi mirando alrededor por si encontraba alguna conocida. Nada. Cuando nos fuimos, en una de las mesas de afuera habia tres pibas tomando algo, me tire a la pileta y empece con el chamuyo. La flaca pico y me dice:
-“Sos un personaje! Por que hablas asi? Pareces un cachorrito...” (¿?)
-“Es por mi niñez... Fue muy dura... Sin amor, sin afecto... Fue muy triste, sabes?”
-“Anda!”
-“No, en serio... Preguntale a mi amigo...” y le hago una seña a Chuck que estaba con Cheli a varios metros, en la vereda. Cuando mi hermanito llega, Cari (la flaquita) pregunta:
-“Que le pasa a tu amigo? Por que habla asi?”
-“Es que tuvo una niñez muy dura, muy triste... No sabes, pobre Tano; pero vos no digas nada, eh?”
Un fierro Chuck. Resumiendo: Cari se aflojo, la agarre de la mano y me la lleve tambaleandome a los bancos que hay entre las plantas en el boulevard de Ayacucho, y ahí estabamos, meta besuqueo y franela, ya casi a punto caramelo cuando me dio un hipo y le vomite la pizza, las cervezas y la ginebra arriba del top blanco (que a estas alturas tenia dos timbres que parecian a punto de desgarrar el tejido), se levanto puteando y medio llorando y se fue corriendo a juntarse con las otras. Yo me levante. Me cai. Me volvi a levantar y me empece a reir. Vomite de nuevo. Me limpie como pude y me fui a encontrarme con los mios que me esperaban cagandose de risa en la esquina. Mientras iba caminando hacia ellos la vi a Vero (la Colo) que no se habia perdido detalle mirandome desde enfrente y ya no me acuerdo mas: No recuerdo como llegue a casa, no recuerdo si pude dormir o no, no recuerdo como llegue a la oficina...
Solo se que esta pelotuda no para de hablar y me pregunta no se que mierda de unos cursos de posgrado y senti el vomito subiendo a la boca (maravilloso por lo obsenamente abundante), la deje hablando sola a la mitad de una frase y corri al baño a descargar...
Que es, después de todo, una resaca? Otra resaca. Una mas... Notaron que el alcohol no pega siempre igual? Cuando estas bien y relajado te convierte en el alma de la fiesta, cuando estas como el orto te convierte en el rompehuevos, en el que busca un hombro para desahogarse, cuando estas “media astilla” puede ponerte agresivo, depresivo, eufórico o una mezcla de las tres cosas en etapas discontinuas. El problema es cuando se convierte en una amante cotidiana... Puede ser fabuloso, tedioso, traicionero, amistoso... Veamos: “El alcohol se absorbe por hígado y se expulsa por riñón como ciertos antibióticos y monodrogas especificas” dice mi profe de farmacología, y “causa una adicción de leve a severa produciendo trastornos de la conducta, alucinaciones, daño severo al tejido neuronal, endurecimiento hepático e, incluso, la muerte...” me cago en el. Alguna novedad? Algo que no sepa? Entonces: Para que mierda lo quiero? No te ayuda a olvidar? A embrutecerte? A no pensar? A dormir? Por fin dormir...
El miercoles me llamo Janis. Por supuesto: Cogimos. Mucho. Pero nada cambio en su cabeza de mármol (tan dura y fria). Todo quedo igual: Necesidades físicas resueltas y hasta que vuelva a necesitarme. Salimos del telo a las ocho de la noche y me interne en un bar hasta las tres de la mañana y hoy en la oficina estoy quebrado, hundido, con unas nauseas como para una parturienta, tanto es así que mientras hablaba con una docente me subió un vomito maravilloso por lo obscenamente abundante hasta la boca y tuve que correr al baño para descargar y volver a hablar con ella con un calor de sahara por la vergüenza, un sudor frío terrible por la tranca y un aliento a morgue que no me aguantaba ni yo... Particularmente siempre me considere un “bebedor social” (lo que mierda sea que eso signifique), mas bien pasivo, sin rastro de agresividad en mi borrachera... Solo un observador... Pero un borracho al fin: Por culpa de Janis en particular, de las mujeres en general, de las Urracas sobre todo, pero mas que nada: Por mi culpa (mea culpa, mea culpa, me repetía el padre Javier durante mi infancia en el Instituto Agustiniano desde mis recuerdos mas recónditos)...
Y hoy? Que paso con el día de hoy? No se... Solo me acuerdo que el día de hoy es otro día: El día de ayer. Solo que salí de la oficina, amague con entrar a clases de Anatomía II, pero que el solo pensamiento de encontrarme con un fiambre sobre el mármol (ese mármol frío y duro como la cabeza de Janis) me revolvió las tripas de nuevo (quizás los vapores de la solución de formaldehído que me recibieron en la entrada ayudaron algo) y dispare hacia afuera, hacia la calle y hacia otro bar, “Pizza Boy”, en Ayacucho y Tres de Febrero, en mis pagos, San Martín... No se por que pero mis pensamientos me recordaron que a escasos metros de ese bar habían fusilado a Camila O´Gormann unos cien años antes por algún oscuro y boludo motivo que no alcanzo a recordar... La Colo (una camarera de esa pizzería que esta muy buena y que me había servido para desahogarme hace un tiempo) me alborota un poco alrededor y se pone un poco celosa cuando empiezo a charlar con Marina, una rusa que había empezado a trabajar hacia poco, escapando de otras realidades, de otras paranoias, de otro espanto de soledades heladas, inmensas e intolerantes, de otro idioma crudo y cortante, de una soltera maternidad. Es rubia y tiene los ojos azules como el hielo de su patria, pero extrañamente placidos y tibios, y el cuero de una blancura casi celeste:
-“La pizza especial chika, viene con palmitos y una cerrrveza negrrra de prrromoción... Y rrresulta que ser un chiko interrresante y atrrractivo parrra yo...”
-“Eh?!? No te entiendo una goma, Gringa... Que decís?”
-”Yo decirrr que diecinueve con noventa... Y que me gustarrr mucho vos porrrque Colorrrada decirrr que vos serrr muy bueno y inteligente, que saberrr muchas cosas y serrr bueno parrra yo y mi hijo Düma”
Una broma cruel e innecesaria de la perra esta y, la verdad es que estoy hasta el cogote de la maldad de las mujeres.
-“Mira, Rusa, yo no soy bueno para nadie y menos para una piba como vos y con un crío chico. Treme la pizza y la cerveza y quedamos en paz, si?”
Me mira con cara de vaca y se va, pero al rato trae el pedido y me dice:
-“Yo salirrr en una horrra y vos llevarrr a yo a comerrr un helado y a pasearrr porrr ahí parrra conocerrr a yo mejorrr... Y no llamarrrme Rrrusa, yo llamarrrme Marrrina”
Y la verdad es que me dio risa (o rrrisa), así que me comí la pizza y me clave dos cervezas y la espere fumando mientras la Colo se mordía las uñas hasta los codos de bronca.
Uno de los dueños de ese local, Andrés (o Andrrrés?) de unos cuarenta años, era el que la había contratado (y creo que tenia como ganitas de hacerle pagar el favor) y era el que todas las noches la llevaba a la casa cuando terminaba el turno; pero cuando ella saludo y vino a buscarme a mi mesa para irnos me miro con una cara de orto que te la voglio a dire.
En la calle la Rusa me pregunto donde estaba mi auto:
-“En ningun lado, Marina, yo no tengo auto...”
-“Esta rrroto..?”
-“No, no esta roto: Yo no tengo coche”
-“Perrro... Colorrrada decirrr que vos tenerrr un coche nuevo y muy grrrande...”
-“Yo no se lo que te dijo Vero, pero nunca tuve auto...”
Pense que iba a dar media vuelta y se iba a ir, que iba a volver hacia la pizzería y hacia Andres, pero me abrazo y empezo a caminar en silencio y como contando baldosas por Ayacucho hacia el centro. Como a las dos cuadras nos besamos y me largo:
-”Yo tenerrr diecinueve años y tenerrr un hijo, pero yo no tenerrr un chiko para criar a Duma junto con yo. En Rrrusia no daban trrrabajo a yo y porrr eso vine aca con Ma y Duma. Nosotrrras vivirrr en Chilaverrrt. Yo serrr muy buena parrra cosas de la casa, saberrr cocinarrr muy rrriko y limpiarrr bien y serrr cariñosa y buena con chiko parrra marrrido y...”
-“Para, para...”
-“...vivirrr todos juntos muy bien porrrque...”
-“para... PARA!!!”
Se callo y se quedo mirándome. Claro: NECESITABA un marido. No tenia ganas de joder ni de pasarla bien. Era una cuestión de supervivencia y me eligio a mi como podría haber elegido a cualquier otro. Le conté. Le explique. Le dije que no, que yo no me quería casar, ni tener hijos ni una mierda de nada. Que no quería relaciones serias ni compromisos, que si quería nos tomábamos un helado o una cerveza y la acompañaba a la casa pero que no cuente conmigo.
Yo creo sinceramente que Marina no entendió un carajo de todo lo que le dije, creo que lo único que entendió fue CERVEZA, porque cuando llegamos a la pocilga que esta cerca de la estación de trenes se sentó en una mesa en la vereda y pidió una ginebra.
Seguimos un rato, yo sintiéndome medio disminuido con mis Quilmes y ella tomando ginebras a lo pavo para gran alegría de Bols. (“Nasgarovia!!!”)
Como a las once (yo bastante en pedo ya y ella fresca como una lechuga) nos levantamos y encaramos para Chilavert. En la puerta de la casa nos tomamos un buen rato para besuquernos y franelear, pero la Rusa no aflojo. La salude y era temprano asi que encare de nuevo para San Martin para ver si me encontraba con la banda en “Mama Rock”, bastante borracho y con una ereccion considerable.
En el bar me encontre con Chuck, Cheli, Anibal, el Tostau, Ser, Vagi y el Cejas, me sente con ellos y me dijeron que La Maga y las amigas se acababan de ir al boliche de al lado, a "Pio Baroja" y yo no iba a entrar a ese lugar de mierda y menos en el estado en me empezaba a poner. Mala suerte. Pedi otra cerveza y me quede ahi mirando alrededor por si encontraba alguna conocida. Nada. Cuando nos fuimos, en una de las mesas de afuera habia tres pibas tomando algo, me tire a la pileta y empece con el chamuyo. La flaca pico y me dice:
-“Sos un personaje! Por que hablas asi? Pareces un cachorrito...” (¿?)
-“Es por mi niñez... Fue muy dura... Sin amor, sin afecto... Fue muy triste, sabes?”
-“Anda!”
-“No, en serio... Preguntale a mi amigo...” y le hago una seña a Chuck que estaba con Cheli a varios metros, en la vereda. Cuando mi hermanito llega, Cari (la flaquita) pregunta:
-“Que le pasa a tu amigo? Por que habla asi?”
-“Es que tuvo una niñez muy dura, muy triste... No sabes, pobre Tano; pero vos no digas nada, eh?”
Un fierro Chuck. Resumiendo: Cari se aflojo, la agarre de la mano y me la lleve tambaleandome a los bancos que hay entre las plantas en el boulevard de Ayacucho, y ahí estabamos, meta besuqueo y franela, ya casi a punto caramelo cuando me dio un hipo y le vomite la pizza, las cervezas y la ginebra arriba del top blanco (que a estas alturas tenia dos timbres que parecian a punto de desgarrar el tejido), se levanto puteando y medio llorando y se fue corriendo a juntarse con las otras. Yo me levante. Me cai. Me volvi a levantar y me empece a reir. Vomite de nuevo. Me limpie como pude y me fui a encontrarme con los mios que me esperaban cagandose de risa en la esquina. Mientras iba caminando hacia ellos la vi a Vero (la Colo) que no se habia perdido detalle mirandome desde enfrente y ya no me acuerdo mas: No recuerdo como llegue a casa, no recuerdo si pude dormir o no, no recuerdo como llegue a la oficina...
Solo se que esta pelotuda no para de hablar y me pregunta no se que mierda de unos cursos de posgrado y senti el vomito subiendo a la boca (maravilloso por lo obsenamente abundante), la deje hablando sola a la mitad de una frase y corri al baño a descargar...