martes, 17 de junio de 2008

“Hay momentos en nuestra vida en que tenemos necesidad de ser canallas, de ensuciarnos hasta adentro, de hacer alguna infamia, yo que se... de destrozar para siempre la vida de un hombre... y después de hecho eso podremos volver a caminar tranquilos”. El Juguete Rabioso, Roberto Arlt


Estaba raro, como insensible. Desde Vero no había vuelto a tener mujer estable, pero tampoco la buscaba. Tenia a Adriana en la oficina y a la Colo, una camarera de Pizza Boy. Adriana había resultado fabulosa en la cama: Cogimos en el parque, en el deposito de libros, en la sala de calderas, en mi oficina, en la suya, en el auditorio de Medios Audiovisuales una vez que cubrí al Coyote que había ido a hacer unos tramites y, de aburrido la llame por el interno. Fuimos un par de veces al telo de la calle Empedrado y una de las veces vino con portaligas y trajo un juguetito. Riquísimo...
Creo que tenia medio intención de formalizar conmigo, pero desde la Maga yo no quería saber nada de noviazgos ni relaciones estables.
Con respecto a la Maga yo había cambiado mucho mi modo de pensar y había pasado de modo casi automático de un amor despechado a un desprecio tranquilo cuando, un sábado, me la encontré con unas amigas en Mama Rock donde Chuck, Ser, Aníbal, el Cejas, el Tostau y yo estábamos tomando unas cervezas. Se sentaron con nosotros y ella graznaba a todo el que quisiera escucharla y a voz en cuello, lo bueno que era su novio, la plata que tenia, el auto que tenia y lo bien que le había caído a su familia; pero cuando se iban se inclino para saludarme y la hice sentarse en mis rodillas, le mordí el cuello y le susurre dos boludeces: Ese fue todo el trabajo que me costo llevármela al Colt, un telo de Av. Márquez.
Por lo demás, mi vida seguía como siempre: No podía dormir, los mismos trabajos, la misma gente...
Janis me llamo un par de veces para charlar, para apoyarme, porque creía que seguía con el luto de mi relación con la Maga, pero en realidad hablábamos mas de ella que de mi: Estaba mas relajada ahora, que estaba de vacaciones, pero el ultimo cuatrimestre de facultad la había dejado agotada. Estaba teniendo algunas dudas sobre su relación con su novio, con el que estaba hacia mas de cinco años y con el que suponía que se iba a casar pronto. Si bien yo medio trabajaba con el y era muy amigo de su padre, me entere por Janis que el tipo se inscribió en la facultad pero hace mas de un año y medio que no va, que cuando todo el mundo piensa que esta ahí, en realidad esta en su oficina (la del padre) jugando con la computadora o en casa de Janis. Por una cuestión de “honor entre hombres” yo medio lo defendí al principio, pero a medida que Janis me iba contando mas y mas cosas, yo iba teniendo la pavorosa certidumbre de que el tipo era un cretino, que tenia todos los privilegios que a mi me habían sido vedados y que los dejaba ir, los dejaba pasar, como si tal cosa y me empecé a poner de su lado. La cosa es que, no se bien como, hicimos una especie de apuesta, una especie de desafío, medio en joda medio en serio, donde si yo “ganaba” las alternativas iban desde una cena preparada por ella (dudoso deleite gastronómico) hasta un revolcón de aquellos. Seria bueno aclarar que, pese al perfecto cuerpo de bailarina, los ojos dulces, del mutuo afecto y amor que nos profesábamos, de haber dormido mas de una vez casi en bolas y “de cucharita” sin que pasara nada y de los castos besos en la boca que nos dábamos (picos que le dicen), ni siquiera me pasaba por la cabeza la idea de tener sexo con ella... Creánlo o no, diría Ripley, pero la realidad es que, si bien la amaba como pocas veces ame a nadie, era otro tipo de amor, el que se profesa a una hermana, a una amiga muy querida, hasta que en Moreno (Provincia de Buenos Aires) hizo una especie de “sanguchito” entre el Tostau y yo, acostados los tres entre las hojas secas de los robles (pero de mi lado se frotaba y del otro no). Yo acababa de recibir una carta de La Maga (una de esas cartas que escriben las mujeres destinadas a rompernos las pelotas y desequilibrar todas las teorías que habíamos formulado mentalmente acerca de la ruptura en cuestión), por lo que andaba de un humor de mierda y acepte el frote y hasta colabore un poco con el.
Unas semanas después, hice un viaje al sur con el novio de Janis, propiamente al culo del mundo, a Tierra del Fuego, país de los Selk´Nam, donde en las cortas noches de verano hablamos de este tema sin llegar a ninguna conclusión valida (por lo menos en lo que a mi respecta).
Cuando volvimos del sur, salio otro viaje hacia el este, a la costa: Necochea.
Fui medio solo, con el Cejas, Chuk y Waldo; pero también iba la Maga... Y Janis...
La Maga, pese a estar “de novia” con el mentado boludo que le caía bien a sus padres, se cogió a un pobre forro de La Plata (quien se quedo enamorado como un adolescente) y medio me alboroto un poco. Janis, como siempre, se ocupo de cuidarme para que no me mande ninguna cagada a ese respecto y no volviera a caer perdido (una vez mas) entre sus brazos... Como al quinto día, estábamos todos en la playa y nos quedamos solos, Janis y yo, y empezamos a hablar. En un momento, ella me empezó a contar del rechazo físico que sentía hacia su novio y se puso a llorar... Todo paso muy rápido: La abrace, la mime, le dije cosas lindas para que se ría, la bese... La bese, la bese y la bese... Me devolvió los besos y... Creo que fue culpa mía: Nos estábamos besando con una desesperación digna de mejor causa, de telenovela brasileña o venezolana y, cuando abrí los ojos, la cara de orto de la Maga que venia de la mano del pobre boludo de la ciudad de Dardo Rocha y las diagonales y que no entendía nada del conflictivo triangulo por lo que venia con una sonrisa tipo Forrest Gump, me dijo sin palabras que era el principio del fin: Todo mi entorno y el de Janis se iba a enterar y ya nada iba a ser como antes...
Janis tuvo una crisis nerviosa y se puso a llorar y a gritar en el suelo, sus amigas la rodearon y no me dejaron espacio para hablarle ni decirle nada... Me fui solo de esa playa y me senté debajo de un árbol para poner en orden mis ideas: Janis iba a perder a su novio, yo iba a perder todo lo demás...
Tenia que renunciar, no podía seguir trabajando con el padre del novio engañado, esa amistad iba a romperse y me iba a quedar (una vez mas) en la picota, en el banquillo de los acusados. Muchos de mis amigos iban a darme la espalda...
Mas tarde, Janis y yo nos juntamos a charlar y le propuse estar juntos, en pareja; pero ella me miro raro sin contestarme... Me asuste por su mirada y le dije que nos conocíamos demasiado, que nos entendíamos desde siempre, que el único ingrediente que nos faltaba para ser la pareja perfecta era la atracción sexual o física y que ahora... Ella me empezó a besar y me dijo que hace milenios que sentía atracción por mi, que por eso nunca toleraba la cercanía de alguna de mis novias y cogimos ahí, entre la arena y las agujas perfumadas de los pinos de Necochea, con el sonido del mar rompiendo contra la costa flotando alrededor nuestro... Se acurruco contra mi pecho con los ojos cerrados y se durmió ronroneando... Prendí un cigarrillo y me quede mirando las espirales de humo: Estaba enamorado otra vez...


Claro que, tratándose de mi, no podía ser todo tan fácil: Quedaba pendiente el tema del novio y su padre, de sus amigas y los míos, de su familia y de la mía, de mi renuncia y... de la Maga...
Yo no me sentía muy obligado a ese respecto, pero ella estaba entre el grupo de Janis, así que no quedo otra que tener una charla a solas con ella.
Estaba furiosa. Me dijo que le había faltado el respeto (¿?), que después de lo que habíamos vivido juntos no podía hacerle una cosa así (¿?), que al final habían terminado teniendo razón sus padres acerca de todo lo hijo de puta que yo era (¿?) y ahí perdí la paciencia: Le hice saber que yo sabia desde el principio que había empezado con su nuevo novio mientras estábamos juntos y se quedo con la boca abierta a la mitad de una frase y aproveche su estupor para seguir hablando yo: Le recrimine sus frigideces, sus falsas acusaciones y las de sus padres, su comportamiento de adolescente estúpida y calentona que le hizo ponerle cuernos al tipo con el que recién esta empezando a construir su pareja con un fulano al que acababa de conocer y a la primera oportunidad y, por ultimo, le recordé que ya no estábamos juntos por su propia elección y decisión de su familia por lo que no me consideraba obligado a darle explicaciones de ninguna índole y... Se puso a llorar. Bajo la cabeza y se puso a llorar en silencio, sin sollozos, con grandes lagrimones que le corrían por la cara. La abrace, le pedí disculpas por el tono, pero no por el contenido y ella intento besarme, pero la rechace y me miro de un modo horrible. Nos fuimos, ella terriblemente angustiada y yo feliz de haber podido escapar a sus avances por primera vez.
Mas tarde, le conté todo a Janis, le mostré la carta de renuncia que había escrito para mi amigo y le pregunte como seguíamos, cuando se lo hacíamos saber a su novio y de que modo... Ya sabemos: “Tres puntos no alineados forman un plano”, “El triangulo es una estructura indeformable” y, la verdad, me cago en Euclides y todas sus teorías geométricas, porque en el mundo real, en la triste realidad que nosotros pisamos, en un triangulo uno de los vértices siempre termina dañado (y por regla general, ese vértice, siempre soy yo). Janis me dijo que se lo iba a decir ella, que iba a pensar y preparar el terreno, que el momento adecuado no estaba lejos y le creí...
Volvimos de la costa y pasaron los días, ni la familia de Janis, ni la mía, ni su novio estaban al tanto de lo que pasaba o había pasado aunque todos lo suponían. Ella dilataba una situación que, ya de por si, era insostenible: Nos veíamos y nos queríamos comer a besos, frotarnos, lamernos. No dejábamos pasar oportunidad sin coger, sin franelear, pero todo era a escondidas: Un secreto conocido por todos.
Un día, como un mes después de haber vuelto de la costa, no aguante mas y se lo dije:
-O se lo decís vos o se lo digo yo
-Ya lo sabe-
me contesto-Viene para acá a hablar con vos
-Conmigo? Y de que mierda quiere hablar conmigo?
Al parecer ella no le dijo nada, el tipo hizo caso de los rumores y estuvo haciendo llamadas, preguntando. Mis amigos armaron un muro de silencio alrededor mío, como cuidándome, pero alguien se lo confirmo y el se lo echo de golpe a Janis y sin previo aviso. Ella se sintió sorprendida y le vomito todo, del modo innecesariamente cruel que es habitual en las mujeres asi que después del rosario de insultos y puteadas adecuados para la situación el tipo vino a buscarme y cuando llego, se sentó prudencialmente del otro lado de la mesa con una cara de acelga que movía a la compasión y empezó a farfullar muy bajito con un temblor de labios que no le permitía hablar con claridad. No, no era la traición... Me tenia miedo. El pobre tipo tiritaba de miedo y eso hizo que yo sintiera mas lastima por el todavía:
-Corta el rollo-le dije-Que queres? Que viniste a preguntar?
El la miro a Janis y me lo escupió temblando
-Que paso? Eso quiero saber... QUE CARAJO PASO?!?
-No te hagas la película, no paso nada... Nada importante: Estábamos los dos mal, lloramos, nos abrazamos y la situación nos desbordo. Si me queres pegar, hace de cuenta que tengo las manos atadas, no me voy a defender...
Se desarmo. No se que mierda esperaba pero, evidentemente, no era eso... Me miro desconcertado y se levanto, agarro a Janis de la mano y se fueron dejándome solo. Yo estaba dispuesto a dejarme cascar solo para que no se sintiera tan mal, para que todo el jodido asunto tuviese sentido, para que sintiera como que había cumplido con su deber de “Macho Argentino”, que había reafirmado su propiedad, pero se levantaron y se fueron. Una hora después ella volvió, feliz, liviana como si se hubiera sacado una Caterpillar de encima, me mato a besos y me dijo que ya estaba, que la había puteado, que había llorado y que se había ido... En suma: Que éramos libres para hacer lo que quisiéramos, pero (porque siempre hay un pero) no quería que su familia lo supiera todavía y ahí el corazón me dio un vuelco: Por si no lo recuerdan la madre de Janis era de la Cofradía de las Urracas, fue justo “la madre” que lloro emocionada cuando termine el secundario en la escuela nocturna pero que me destrozo con la Urraca Mayor mintiéndole a la madre del Lobo, diciéndole que yo lo había emborrachado una noche en que ni siquiera nos habíamos visto. También había participado bastante de las mentiras que las urracas les decían a la madre de la Maga.
Ahora bien: Ella era hija única y la flor mas cuidada de ese jardín. Si los padres de la Maga (la tercera de cuatro hijas) no me habían aceptado, no había motivos para suponer que esta vez iba a ser distinto; pero Janis parecía tan feliz y estaba tan linda que pese mas fuerte en la balanza el sollozo académico que la mentira descarada demostrando la sabiduría de Martin Fierro: “Es zonzo el cristiano macho, cuando el amor lo domina...” y nos fuimos a un telo...
No lo supe hasta que fue tarde, pero en ese preciso momento comencé a cavar la fosa y llenarla de mierda para hundirme en ella hasta el cogote...